Y estamos de vuelta de vacaciones… sí, tan pronto..
Supongo que como todos los que empezamos en esto de la ilustración, al principio padecemos una fiebre por permanecer enclaustrados creyendo que así sacaremos mucho trabajo y estrategias de marketing «cojonudas». Error pero ahí seguimos, yo le llamo el «síndrome del avestruz», toma ya.
Pero la verdad, con este tiempo ni mi perra es capaz de pasar más de 3 horas en un mismo sitio sin aire acondicionado, así que sí, lo confieso, me muero de ganas por ir cada mediodía a la playa… ensaladita aderezada con aceite bronceador, chapuzón y con las manos llenas de arena… a dibujar! Y es que, qué graciosa es la gente en la playa; las poses, las pintas, la parafernalia. No lo puedo evitar, me gusta ver a la gente relajada, sin presiones mientras yo estoy tensa y con la cabeza en mil cosas. Es terapéutico.
Hoy sin duda, la palma se la lleva la niña que tenía al lado, espero que os guste la ilustración. La secuencia es casi real 🙂
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