Día de perros 1

Pero si hoy brilla el sol y todos querríamos estar en la playa en vez de encerrados delante de esta pantalla…
Sí, pero es que he tomado una súper decisión, y es ilustrar una vez a la semana «un día de perros».
¿Por qué? Porque hace casi 2 años que compartimos vida con una carlina llamada Leela, y desde que la conozco, me he visto inmersa en el «mondo perruno», desconocido para mi hasta entonces. Y es que he de reconocer que me resulta un cachondeo.  ¿Por qué desaprovecharlo? jajaja

Lo más probable es que la mayoría de veces se trate de cosas insignificantes, pequeños guiños, querría decir que brillantes pero prefiero no generar expectativas de más jajajajaja

leela-lluvia

 

En estos casi dos años, hemos pasado por muchas fases y la verdad es que no ha sido fácil. A veces me encuentro hablando de la perra como si de mi hija se tratara…quien esté libre de pecado…

Volviendo al tema, hemos pasado por Demodex (que quien no sepa de perros resumiré diciendo que es un coñazo muy caro), bajadas de defensas continuas, otitis… y para echarle más emoción, desde hace un mes que sufrimos una luxación en ambas rótulas traseras. Y hablo en plural, porque todas esas dolencias se traducen en gastos veterinarios, y eso, duele.

¿Por qué cuento todo esto? Pues porque con estos antecedentes os parecerá comprensible que nos hayamos vuelto tontamente protectores, hasta llegar al punto de que con tal de evitar que se acatarre, y apechugar con los gastos, somos capaces de inmolarnos y coger la peor de las galipandrias. Al fin y al cabo, todavía tenemos sanidad pública.

Hasta mañana!

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